No es que muera de amor, muero de ti.Muero de ti, amor, de amor de ti, de urgencia mía de mi piel de ti, de mi alma, de ti y de mi boca y del insoportable que yo soy sin ti. Muero de ti y de mi, muero de ambos, de nosotros, de ese,desgarrado, partido, me muero, te muero, lo morimos. Morimos en mi cuarto en que estoy solo, en mi cama en que faltas, en la calle donde mi brazo va vacío, en el cine y los parques, los tranvías, los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabezay mi mano tu mano y todo yo te sé como yo mismo. Morimos en el sitio que le he prestado al aire para que estés fuera de mí, y en el lugar en que el aire se acaba cuando te echo mi piel encima y nos conocemos en nosotros, separados del mundo, dichosa, penetrada, y cierto , interminable. Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos entre los dos, ahora, separados, del uno al otro, diariamente, cayéndonos en múltiples estatuas, en gestos que no vemos, en nuestras manos que nos necesitan. Nos morimos, amor, muero en tu vientre que no muerdo ni beso, en tus muslos dulcísimos y vivos, en tu carne sin fin, muero de máscaras, de triángulos oscuros e incesantes. Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo, de nuestra muerte ,amor, muero, morimos. En el pozo de amor a todas horas, inconsolable, a gritos, dentro de mi, quiero decir, te llamo, te llaman los que nacen, los que vienen de atrás, de ti, los que a ti llegan. Nos morimos, amor, y nada hacemos sino morirnos más, hora tras hora, y escribirnos y hablarnos y morirnos.«♥♥
La imagen en que se basa la greguería puede surgir de forma espontánea, pero su formulación lingüística es muy elaborada, pues ha de recoger sintética, ingeniosa y humorísticamente la idea que se quiere transmitir.
El efecto sorpresivo se obtiene a través de:
La asociación visual de dos imágenes: «La luna es el ojo de buey del barco de la noche».
La inversión de una relación lógica: «El polvo está lleno de viejos y olvidados estornudos».
La asociación libre de conceptos ligados: «El par de huevos que nos tomamos parece que son gemelos, y no son ni primos terceros».
La asociación libre de conceptos contrapuestos: «Lo más importante de la vida es no haber muerto».
El principal promotor de la greguería fue el propio Gómez de la Serna, quien dedicó a lo largo de su vida numerosos libros a este nuevo género, que cultivaba asiduamente en secciones fijas de los periódicos y lo consagraría como uno de los escritores más conocidos de las letras españolas:Greguerías (1917), Flor de greguerías (1933), Total de greguerías (1955), etc. Este género, de hecho, sirvió para renovar la anquilosada idea de la metáfora y de la imagen poética que poseía la estética literaria española y anticipó el Surrealismo.
Boca de llanto, me llaman
tus pupilas negras,
me reclaman. Tus labios
sin ti me besan.
¡Cómo has podido tener
la misma mirada negra
con esos ojos
que ahora llevas!
Sonreíste. ¡Qué silencio,
qué falta de fiesta!
¡Cómo me puse a buscarte
en tu sonrisa, cabeza
de tierra,
labios de tristeza!
No lloras, no llorarías
aunque quisieras;
tienes el rostro apagado
de las ciegas.
El ser humano crece y nace jugando, cuando apenas es consciente de las fórmulas establecidas para desenvolverse. El tablero es el mundo, y personas sus piezas. Así hay quien juega y sus movimientos son transversales, como el alfil, o tal horizontal como una torre, están los que se enrocan y cambian sus papeles, pero todos sueñan, o todos viven (si la vida sueños son o la literatura una búsqueda inútil del sentido musical del texto). Rayuela se plantea en torno al libre albedrío y las formas narrativas (que bien nos recuerda al mejor Joyce). Se retoza de muchas maneras, incluso de otras mil que no adivinamos, pero se juega. La novela puede ser leída de dos maneras diferentes, siguiendo el orden de sus páginas o por el salto de capítulos (indicados en las primeras páginas). ¿Una broma? El "gran payaso del universo" tiene una sombra alargada.
Rayuela, convertida en novela de culto, plantea problemas tanto humanos como literarios. Rayuela es un texto revisionista sobre una novela en construcción, nunca terminada, sobre personajes tan tópicos como novedosos. Siguiendo el esquema del héroe byroniano, pronto convertido por algunos literatos (franceses o no) en un héroe-villano, Cortázar retoma el tópico y lo reconvierte en Horacio Oliveira, tan imbuido de literatura como de spleen. Se trata de un escultor argentino que vive en París y conoce a una extraña mujer (La Maga). Poco más: Horacio volverá a Argentina y nunca regresará de París, todo depende del espejo con el que sean mirados los seres.
Con qué tersa dulzura
me levanta del lecho en que soñaba
profundas plantaciones perfumadas,
me pasea los dedos por la piel y me dibuja
en le espacio, en vilo, hasta que el beso
se posa curvo y recurrente
para que a fuego lento empiece
la danza cadenciosa de la hoguera
tejiédose en ráfagas, en hélices,
ir y venir de un huracán de humo-
(¿Por qué, después,
lo que queda de mí
es sólo un anegarse entre las cenizas
sin un adiós, sin nada más que el gesto
de liberar las manos ?).
Tengo esta noche las manos negras, el corazón sudado como después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo. Todo ha quedado allá, las botellas, el barco, no sé si me querían, y si esperaban verme. En el diario tirado sobre la cama dice encuentros diplomáticos, una sangría exploratoria lo batió alegremente en cuatro sets. Un bosque altísimo rodea esta casa en el centro de la ciudad, yo sé, siento que un ciego está muriéndose en las cercanías. Mi mujer sube y baja una pequeña escalera como un capitán de navío que desconfía de las estrellas. Hay una taza de leche, papeles, las once de la noche. Afuera parece como si multitudes de caballos se acercarana la ventana que tengo a mi espalda.
Te escribo esta carta con mucho cariño diciéndote que te deseo lo mejor para tu hijo Mono, con el que extraño jugar todas las noches y que me enseñe la selva, que al marcharme no me pierda y poder visitarlos cuantas veces quiera.
Espero verlos muy pronto y poder disfrutar más tiempo juntos.
Les dejo un link de una revista editada por la escuela MARIA CLAUDIA FALCONE, ubicada en Yerbal 25, C.A.B.A. La revista se llama "El grito" y en las páginas 19 y 20 hay una entrevista muy interesante a un familiar de desaparecidos.